Todo es posible en el misterioso y maravilloso universo mental, hasta ahora hice los deberes de humana, en cada escuela que asistí, porque era imperante ante la sociedad, no hacerlos.
Si en este instante sin recordar más que lo que siento y tengo, desde mis adentros, muriera y naciera todo junto, con los padres que habré elegido, en el principio de la niñez, no asistiría a ningún establecimiento porque me lo dicten, haría todo lo contrario y me muñiría de todo cuanto deseara, porque si algo siento es que cada ser además de poder ser todo, ha nacido con un propósito, es tal la masificación de ideas, que nadie logra volcar en el potencial virgen la creatividad libre, por todo el condicionamiento existente y pasamos la vida como cuando uno cruza un camino, la ciencia tendrá que abordar otras consignas propuestas por el hombre que no es científico, a la manera de estudios adquiridos y patentados como ellos son, tendrá que pedir permiso ante todo como cualquier humano antes de que le obedezcamos como insectos de laboratorio, hoy no importándome la edad que tengo ya que lo que estoy escribiendo lo siento desde otros parámetros desde muy chica, advierto a los señores increíbles que saben tanto de todo.
Que ha llegado el momento de salirse del juego que juegan.
En la ciencia como en otras cuestiones de la vida, existe un paso gigante desde el deber impuesto por si, crear, tienen que cumplir con otro paso, pedir permiso, para experimentar lo que desean, pedir Permiso a la humanidad , permanentemente, si es que está de acuerdo, o no, en estos momentos es todo lo contrario, uno se entera de tales proyectos cuando estamos inmersos en ellos afectados en casi todas las creaciones, Harrp, Chemtrails, Blue Beam, vacunas etc- hablo de lo mal creado, el bien!... es un derecho.
El hombre, creador por naturaleza tiene la obligación de elegir que desea ser, por primera vez en la historia todo aquel que condicione tendría que correrse a un costado y solo con la aprobación desde si, hacer cualquier experimento con su propio cerebro, con su propia vida y así hasta que descubran lo que desean, desaparezcan por haberles salido mal el experimento o se multipliquen de a cinco por minuto, pero con la conciencia de que estará solo en su labor porque llegó la hora de pedir permiso a la humanidad que no desea tales proyectos y el que esté de acuerdo con las leyes que impartan, aplicarse para si toda su tecnología, o, con cuantos hermanos deseen, respetando la contraparte, ya que la liberad es un derecho divino, sin gobiernos, sin iglesias y sin nadie que tenga que decir lo que hay que hacer, . María Verónica García
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