Jamás podrá evaporarse un solo átomo de luz, cuando ella nació con la vida y permanece hasta que el día ya, no se apague, solo trascienda, jamás habrá una muerte cuando la vida es vivida de la forma más vibrante y pura, al mismo tiempo quieta, porque nada muere, ni se mueve cuando corre con más intensidad así, como el brillo inmediato persistente e inmóvil que despunta, cada estrella.
María verónica 11/7/2011
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